Agencia de Noticias Guerrero (ANG).- En Chilpancingo, mientras el Gobierno del Estado afirma que no habrá “Ley Seca” por la elección del Poder Judicial, el alcalde Gustavo Alarcón Herrera anda en su propia órbita. El buen Alarcón, quizás confundido o simplemente mandando porque puede, ya giró oficios para que los bares de la ciudad cierren el sábado 1 de junio desde las 6 de la tarde.
La decisión ha dejado a empresarios del entretenimiento con el ojo cuadrado y la chequera temblando. ¿Por qué cerrar? ¿Quién lo ordenó? ¿Acaso el alcalde leyó mal el calendario electoral o se sintió con espíritu de gobernador?
Mientras el Estado pide calma y continuidad económica, el ayuntamiento de Chilpancingo opera con la filosofía de “por si las dudas, que no se diviertan”. Una medida que, como tantas otras, parece salir más del hígado que del cerebro.ANG
