Agencia de Noticias Guerrero (ANG).- En un doloroso testimonio que ha tocado el corazón de millones, Erika Yanira Morales, una joven de 20 años, ha solicitado a las autoridades colombianas la autorización para someterse a la eutanasia. La joven, quien quedó cuadripléjica después de ser víctima de una agresión, envió una carta que se ha viralizado en las redes sociales y que ahora ha puesto su caso en el centro de atención mundial.
Erika sufrió un violento ataque hace más de tres años, cuando, después de salir de un bar, recibió al menos dos botellazos en la cabeza. La agresión le causó lesiones irreversibles que la dejaron postrada en una cama, dependiente de cuidados médicos especializados para sobrevivir. La joven, incapaz de hablar debido a su condición, ha encontrado una forma de comunicarse con su familia a través de un abecedario, un cuaderno y una pluma. Gracias a este recurso, ha podido expresar sus deseos más profundos.
A lo largo de estos tres años, Erika ha sido testigo del deterioro físico de su cuerpo. La situación, cada vez más insostenible, la ha llevado a tomar la difícil decisión de solicitar la eutanasia como una forma de obtener una muerte digna. En su carta, que ha conmovido a muchas personas, Erika expresa lo siguiente: «Estoy muerta en vida». Estas palabras resumen su dolor y el sufrimiento que ha vivido desde el día del ataque.
La solicitud de Erika ha generado un debate en Colombia sobre la eutanasia y los derechos de las personas en situaciones similares. En el país, la eutanasia es legal bajo ciertas condiciones, y el caso de Erika ha puesto de manifiesto las complejidades emocionales, legales y éticas que rodean este tema.
Mientras tanto, la familia de la joven ha expresado su apoyo a su decisión, reconociendo la valentía de Erika al compartir su dolor con el mundo. Por su parte, diversas organizaciones de derechos humanos han manifestado su respaldo a la joven, defendiendo el derecho de las personas a decidir sobre su vida y su muerte, especialmente cuando su calidad de vida está irremediablemente comprometida.
Este caso ha generado una reflexión profunda sobre los derechos humanos, la eutanasia y el sufrimiento de las personas que, como Erika, se enfrentan a condiciones de vida extremas debido a la violencia. La carta de Erika Yanira Morales no solo es un testimonio personal de sufrimiento, sino también un llamado a la empatía y a la discusión sobre la dignidad humana en situaciones límite.ANG
