Ginebra, 28 de julio de 2025 — La hepatitis viral continúa siendo una amenaza silenciosa pero mortal para la salud mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 30 segundos una persona muere en el mundo a causa de complicaciones hepáticas graves o cáncer de hígado vinculados a esta enfermedad.
En el marco del Día Mundial contra la Hepatitis, la OMS recordó que alrededor de 300 millones de personas viven con hepatitis B, C o D, y que 1.3 millones mueren anualmente, principalmente debido a cirrosis o cáncer hepático.
“Tenemos las herramientas para detener esta tragedia”, subrayó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un comunicado oficial. “No deberíamos perder una vida cada medio minuto por una enfermedad prevenible y tratable”, añadió.
La hepatitis D, que solo afecta a quienes ya están infectados con el virus B, fue recientemente clasificada como cancerígena para los humanos por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC). Estudios recientes indican que quienes padecen hepatitis D tienen un riesgo de desarrollar cáncer hepático entre dos y seis veces mayor que los infectados únicamente con el virus B.
La OMS advierte que, de los cinco tipos de hepatitis viral —A, B, C, D y E—, solo los tipos B, C y D pueden causar infecciones crónicas, aumentando considerablemente el riesgo de enfermedades hepáticas graves.
Un dato alarmante: la mayoría de los pacientes desconocen que están infectados. En 2022, solo el 13 % de los portadores del virus B y el 36 % de los del virus C habían sido diagnosticados. Y las cifras de tratamiento son aún más preocupantes: apenas el 3 % de los infectados con hepatitis B y el 2 % con hepatitis C estaban recibiendo atención médica adecuada.
Frente a este panorama, la OMS reiteró su llamado a los gobiernos y sistemas de salud del mundo a reforzar la prevención, el diagnóstico y el acceso a tratamientos que ya existen, con el objetivo de eliminar la hepatitis como una amenaza para la salud pública en las próximas décadas.
