Por Moisés Alcaraz Jiménez
Ayer fue un gran día, la derecha perdió una importante fortaleza. Le quedan sus propios medios de desinformación y la prensa mercenaria con sus voceros que esparcen frustración, racismo, mentiras y odio. No pasarán, México se deshizo de un enorme lastre generador de atraso y estancamiento que impide el desarrollo nacional. Seguimos avanzando hacia el progreso con bienestar y justicia en la ruta de la modernización del país. Vivimos tiempos históricos.

El Poder Judicial será renovado, se irán quienes lo convirtieron en un reducto de la corrupción y vendrán nuevos integrantes que deberán hacer la proeza de construir un auténtico estado de derecho para México, dentro de un verdadero equilibrio de poderes que los gobiernos neoliberales destruyeron para poner a la justicia al servicio de potentados y en contra del interés nacional.
La derecha anacrónica y subdesarrollada que padece México canta victoria y cree que logró impedir una masiva participación ciudadana a través de sus tóxicas campañas de desinformación. Las razones son otras. Se trata de un primer ejercicio democrático en este rubro que tendrá que irse mejorando. Ninguna democracia en el mundo es perfecta, sino perfectible. Es la primera vez que elegimos a los integrantes del Poder Judicial, dentro de un proceso muy complicado por su propia naturaleza y lo inédito en todos sus aspectos que la derecha no podrá deslegitimar.
Se hizo un gran esfuerzo en medio de grandes dificultades, con el agravante de que se tuvo como enemigos a una derecha cavernícola rabiosamente empeñada en hacer fracasar el proceso y resistir los cambios para mantener sus privilegios. Un conservadurismo muy arcaico que para descarrilar esta reforma contó con cantidades estratosféricas de dinero sucio y recurrió a una infame y desmesurada guerra sucia, que es lo único que la derecha sabe hacer.
Somos el primer país en el mundo en desarrollar un proceso electoral de este tipo mediante el cual se cambiará de manera muy profunda y de raíz al Poder Judicial. En los Estados Unidos, elecciones judiciales sólo existen en algunas de las entidades federativas. Era previsible y así se esperaba, que hubiese una reducida participación ciudadana, pero suficiente para rescatar de sus escombros al Poder Judicial y construir uno nuevo, cercano a los intereses del pueblo y no de los grandes potentados rapaces, saqueadores de los bienes nacionales.
Es cierto que la votación fue baja, pero muy superior a la que alcanzaron el PAN y el PRI en el pasado proceso electoral presidencial, donde contaron con miles de millones de pesos para promocionar el voto en un proceso ordinario donde la emisión del sufragio es ya una rutina y no tiene nada de novedoso. Fue, además, una elección presidencial, donde la participación se incrementa. No obstante, la votación obtenida por la derecha en aquella ocasión fue mucho menor a la alcanzada ayer. La participación en la elección judicial fue también mayor a la lograda en la consulta popular realizada en el 2021 por el INE para enjuiciar a ex presidentes.
Por donde quiera que se le vea, estas elecciones son un triunfo del progreso sobre el conservadurismo y la derecha desnacionalizada. Son un éxito también porque al parecer no lograron colarse representantes del viejo régimen, al menos en los cargos de más trascendencia y vitales para llevar a buen puerto esta reforma, como la Suprema Corte y el Tribunal de Disciplina Judicial. Cabe destacar que inclusive podría llegarse más allá de lo esperado: posiblemente sea un indígena mixteco quien encabece la SCJN, Hugo Aguilar Ortiz, que es quien encabeza la votación para ministros.
En el rubro de varones llegarán los más identificados con el cambio en el Poder Judicial, en el mismo caso se encuentra la votación para ministras, en la que encabezan las preferencias Lenia Batres, Yasmín Esquivel, Loretta Ortiz y María Estela Ríos, todas comprometidas con la renovación del poder impartidor de justicia. El caso de Hugo Aguilar Ortiz llama la atención porque seguramente provocará las más agresivas reacciones de odio y racismo conocidos en la derecha medieval.
Los ideólogos de la derecha internacional con sede en Bruselas y en España, identifican al indigenismo con comunismo. Veremos el grado de virulencia de las sectas fascistoides y neo nazis contra un indígena al frente de la Corte. Vienen tiempos dificiles. La derecha no se cruzará de brazos, continuará hasta el infinito con sus ataques al progreso en México. El tramo es peligroso, son los coletazos de sectas ultra conservadoras desesperadas que atacarán con todo lo que tengan a su alcance. Y dinero tienen de sobra para desarrollar su sucia actividad golpista y desestabilizadora.