Cuajinicuilapa, Guerrero. — El cuerpo de Tico Mendoza, considerado por muchos como el mejor personaje del humor en el estado de Guerrero, ya está siendo velado en su natal El Pitayo, comunidad perteneciente al municipio de Cuajinicuilapa, en plena Costa Chica.
La noticia corrió como viento caliente por los caminos polvorientos de la región. Desde temprano comenzaron a llegar coronas, flores y palabras entrecortadas. Amigos, familiares, conocidos, funcionarios y hasta gente que nunca lo trató personalmente, pero que lo admiraba profundamente, se dieron cita para despedirlo como lo merece: con respeto, con cariño y con ese toque alegre que siempre lo acompañó en vida.
Tico Mendoza no fue solo un hombre de pueblo. Fue un personaje en toda la extensión de la palabra. Un referente del humor costeño, de la risa espontánea, de la picardía con raíz guerrerense. Su voz, sus frases, su forma de contar la vida con gracia se quedarán en la memoria colectiva de quienes alguna vez lo vieron en el escenario, en la calle o en la vida diaria.
Su hermana, visiblemente conmovida, confirmó que será sepultado mañana domingo en esta misma comunidad que lo vio nacer, crecer y hacerse leyenda. “Aquí en El Pitayo va a descansar. Aquí está su gente, aquí está su historia”, declaró entre abrazos y oraciones.
El Pitayo no solo despide a un hijo, despide a un símbolo. Y aunque la tristeza cubre el aire, entre la gente también brotan risas tímidas, recuerdos de chistes y momentos que Tico regaló en vida. Porque si algo dejó claro, es que hasta en el dolor, el humor puede ser resistencia y memoria.
Tico Mendoza ya descansa, pero su legado sigue sonriendo.
